“Ustedes saben que tradicionalmente lo hace. Él (Vladímir Putin) no cambia las tradiciones”, justificó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, a los medios de comunicación, aunque no precisó el lugar donde protagonizó el ritual.
Pese a que este año las temperaturas rompieron el récord de frío en Rusia, y la noche del 18 al 19 de enero fue una de las de menor temperatura en la capital Moscú, Putin, conocido por su inclinación a los deportes de riesgo, asumió el reto y se sumergió.
Esta tradición, que simboliza el bautismo de Jesucristo, es seguida por los cristianos ortodoxos y consiste en zambullirse tres veces en aguas heladas persignándose.
(Fuente: Télam)